Y la vio a ella. O ella a él. Se vieron. Se miraron. Se descubrieron. Eran algo más que un órgano que penetra en otro órgano en tiempos de celo. Eran más que eso. Esos rostros se atraían, esos ojos, ese temblor en los labios, la ceja aquella, contraída. El resto no sé detallarlo. Sé que ella se acostó sobre su espalda y que él la abordó de rostro a rostro y que hicieron el amor. Yano copularon; hicieron el amor. Fue el cariño. Y más lo fue cuando al separarse no terminaron de separarse y empezaron a sentir algo, el uno por el otro. Y quizás días más tarde se buscaron. Y quizás noches más tardes se acariciaron. Se necesitaban...
domingo, 23 de septiembre de 2007
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